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(espanol.llco.org)

El 11 de septiembre del 2001, los Estados Unidos sufrieron un ataque dramático. Ambas torres del World Trade Center, símbolo del poder económico norteamericano, fueron blanco de dos aviones de pasajeros usados como misiles. El Pentágono, símbolo del poder militar norteamericano, fue alcanzado por otro avión de pasajeros. Aún otro más se estrelló cuando presumiblemente iba a ser usado como misil. Cerca de tres mil personas murieron. Los ataques fueron usados a continuación de diferentes maneras. Fueron usados para justificar la invasión y ocupación de Irak y Afganistán. Fueron usados para acrecentar el complejo militar-industrial y el complejo de seguridad, para justificar un aumento de la presencia policial, un aumento de los presuspuestos, de las nuevas tecnologías, etc. Fueron usados para incrementar la vigilancia y para aplastar la disidencia. Los ataques fueron usados para justificar una mayor militarización de la frontera y los ataques contra los inmigrantes. Fueron usados para aterrorizar a las comunidades musulmanas y árabes en particular. Todo esto formaba parte de la “Guerra contra el terror”, que fue jaleada por el Estado, los medios y los responsables políticos. Esta es una guerra interminable, sin plazo ni finalización prevista, que en cierto sentido replica a las anteriores “guerra contra el comunsimo” y “amenaza roja” de épocas pasadas. Para los que se lucran con esta guerras, los ataques fueron un regalo del cielo. Otorgaron al imperialismo carta blanca para asolar el Tercer Mundo y para aplastar la disidencia interior.

Desde sus comienzos los Estados Unidos han guerreado constantemente contra las naciones oprimidas. Los Estados Unidos existen gracias al que quizás sea mayor genocidio de la historia. Casi un continente de civilizaciones indígenas fue exterminado para hacer posible el “American Way of Life”, el modo americano de vida. Millones de negros e innumerbles civilizaciones africanas fueron asesinados y esclavizados. La mitad de México fue robado. Los Estados Unidos emergieron como un verdadero imperio global, tomando posesión de colonias por todo el mundo, del mismo modo que antes lo habían hecho los imperios europeos. Después de la Segunda Guerra Mundial, con Europa debilitada, los Estados Unidos irrumpieron como el más poderoso de todos los países imperialistas. Los Estados Unidos impusieron sus políticas económicas por todo el mundo usando bombas, ejércitos, dictaduras, asesinatos y escuadrones de la muerte. Decenas de millones fueron asesinados por medio de intervenciones militares y operaciones encubiertas de un tipo u otro. Y muchos más, miles de millones, fueron muertos por las propias políticas económicas: hambrunas, enfermedades evitables, acceso al agua potable, etc. El capitalismo es en sí mismo una crisis mortal. El planeta entero está en peligro ahora por el consumo interminable del “modo de vida americano”. Dondequiera que la gente se defiende de los Estados Unidos, sus países son bombardeados, sus familias asesinadas, sus tierras envenenadas. Un país tras otro se han visto convertidos en cementerios por los Estados Unidos. Dondequeira que los pueblos proponen un modelo diferente, los Estados Unidos mobilizan todo su poder para destruirlo. No es ningún misterio que los Estados Unidos sean atacados por los pueblos. No es ningún misterio que los pueblos lo odien. No hay ningún misterio en por qué ocurrieron los acontecimientos del 11-S. El mayor misterio es por qué no hay más 11-S.

Las Luces Guiadoras llaman a una guerra popular global contra toda explotación, toda injusticia y toda desigualdad.Acabar con el Primer Mundo, con el imperialismo y con los Estados Unidos es un paso importante en la marcha hacia el comunismo de las Luces Guiadoras.

El que siembra vientos recoge tempestades.