¡Marchemos Por Este Camino, Juntos!

Un discurso del camarada Prairie Fire

(espanol.llco.org)

Carlos Marx escribió el Manifiesto Comunista en 1848, un libro que ha sido recientemente caracterizado en la prensa como “uno de los más peligrosos jamás escrito”. Como señaló Marx en ese libro, la burguesía tiembla de miedo en presencia del comunismo. Todavía hoy sigue temblando.

Marx escribió de contradicciones y de tensiones sociales. Marx vivió en medio de la revolución industrial y científica. El miraba a su alrededor y veía las enormes posibilidades que la ciencia podría abrir. Veía las posibilidades de liberación del ser humano que tenía la ciencia. Sin embargo, debido a las relaciones sociales prevalecientes, debido a la manera en que funciona el poder, debido a la desigualdad, la ciencia no se utilizaba para beneficiar a la humanidad. Por el contrario, se utilizaba para oprimir al pueblo. Esto sucedía al mismo tiempo que el capitalismo destruía el orden feudal, el orden social estancado y caduco, e impulsaba el avance de la tecnología en algunos casos. En otros casos, el progreso tecnológico y científico era impedido por las relaciones sociales capitalistas.

Marx también veía el aumento de la socialización en la producción. Cada vez más gente entraba a formar parte de un solo proceso de producción.  Los campesinos eran desalojados de sus tierras y se convertían en ejércitos de trabajadores en las fábricas, en la producción moderna. Hoy en día, esto continúa con la globalización. Una persona en Indonesia puede ser parte del mismo proceso de producción que alguien al otro lado del mundo. A pesar de que la producción se ha vuelto cada vez más socializada, la distribución ha quedado en manos privadas. El poder ha quedado también en manos privadas. En otras palabras, a pesar de que la sociedad se unificaba, el poder se concentraba en manos de una minoría poderosa.

El sistema capitalista siempre ha sido un sistema plagado de crisis. Ciclos de auge y caída. Las vidas de los seres humanos siempre han estado a merced de las fuerzas irracionales que producía el mercado libre. La producción se ha organizado para servir a los fines de lucro, no al pueblo. Marx llamó a este fenómeno la anarquía de la producción capitalista. Esta anarquía es irracional desde el punto de vista de las necesidades humanas.

Marx también habló de una gran división en el mundo, algunas personas se hacían ricas y la inmensa mayoría era oprimida – una polarización extrema entre los que tienen y los que no tienen. En su día, esta polarización fue una división entre los dueños de las fábricas y los obreros industriales. Capitalistas contra proletarios. Los ricos se volvían más ricos y los pobres, más pobres.

Un sistema tan irracional no podía sobrevivir para siempre. Marx predijo que estas contradicciones, estas tensiones, estallarían en una revolución. Mucho del análisis de Marx sigue siendo cierto hoy en día. Sin embargo, el mundo se ha polarizado distintamente. El mundo no es tan nivelado como Marx predijo. El mundo actual es un poco diferente que el mundo de hace 160 años. Hay una gran polarización hoy en día. Hay una gran división. Sin embargo, el mundo de hoy es muy diferente.

Análisis de clase mundial

La contradicción principal, la división principal que da forma a nuestro mundo es la que opone a los países ricos contra los países pobres. Una ciudad global contra un campo global. Los países explotadores contra los países explotados. El Primer Mundo contra el Tercer Mundo. Esto es lo que tenemos que entender para hacer la revolución en nuestros tiempos. La revolución es la única solución a los problemas que enfrenta nuestro mundo.

En 1820, la diferencia entre los países más ricos y los pobres era de 3 a 1. Hoy en día, es de 72 a 1. La brecha entre los pobres del mundo y el mundo rico sigue creciendo. La brecha entre el Tercer Mundo y el Primer Mundo sigue creciendo. Los pueblos del primer mundo viven una vida de lujo; mientras que los pueblos del Tercer Mundo sufren.

Subdesarrollo. Pobreza. Hambre. Crueldad. Guerra. Violación. Violencia.

La mitad del mundo vive y muere con menos de 3 dólares al día. La población en la India que gana 80 centavos o menos al día es mayor que la población de los Estados Unidos. El 40% de la población mundial, en el Tercer Mundo, recibe sólo el 5% del ingreso mundial. El 20% más rico, casi todos en el Primer Mundo, recibe 75% del ingreso mundial.

Cada día 22.000 niños, todos en el Tercer Mundo, mueren a causa de la pobreza.
Aproximadamente, 800 millones de personas en el Tercer Mundo están desnutridas, casi dos tercios de las cuales viven en Asia y el Pacífico. Alrededor del 30% de todos los niños del Tercer Mundo tienen bajo peso o retraso en su crecimiento – la mayoría en África y Asia.

10 millones de niños mueren en el Tercer Mundo cada año antes de llegar a la edad de 5 años. Esta cantidad es igual a la población infantil en Francia, Alemania, Grecia e Italia.

Solamente el 12% de la población mundial utiliza el 85% del agua, y este 12% no vive en el Tercer Mundo. Una de cada 3 personas no tiene acceso al agua, la mayoría en el Tercer Mundo. Mas de mil millones de personas en el Tercer Mundo no tienen acceso adecuado al agua, y casi 3 mil millones carece de higiene básica. Para decenas de millones de personas, sólo buscar agua es una lucha de vida o muerte. Horas, cada día, sólo para buscar un poco de agua. La mitad de la gente del Tercer Mundo sufre de problemas de salud relacionados con el agua contaminada o la falta de agua en algún momento de sus vidas.

14 millones de personas mueren cada año por enfermedades prevenibles, principalmente en el Tercer Mundo. El 95% de las nuevas infecciones por VIH ocurren en el Tercer Mundo, principalmente en África. Sólo el 12% que tiene el VIH está recibiendo tratamientos. Para el año 2020 se estima que el SIDA habrá matado más gente que las dos guerras mundiales. Estas víctimas están en su mayoría del Tercer Mundo.

Casi mil millones de personas han entrado en el siglo XXI sin poder leer un libro o firmar su nombre. 121 millones de personas en el Tercer Mundo no tienen educación formal. La revolución es la única solución.

La Tercera Guerra Mundial

Estamos en medio de una guerra mundial, la Tercera Guerra Mundial. El Primer Mundo ha declarado la guerra al Tercer Mundo. Hay un genocidio contra el Tercer Mundo. Cada año, muere mucha más gente en el Tercer Mundo que gente murió en el Holocausto. No debemos ser como los “buenos alemanes” que se sentaron en silencio mientras sus vecinos desaparecían. La gente se está muriendo y la tierra se está muriendo. Cada año. Cada mes. Cada semana. Cada día. Cada hora.

Pobreza agotadora. Hambrunas. Guerras. Muerte. Catástrofe ecológica. Todo esto es infligido a los países pobres por los países ricos. Los países ricos se hacen más ricos. Y a los pobres no les queda nada. La revolución es la única solución.

Los imperialistas harían cualquier cosa para mantener su poder. El Primer Mundo declara la guerra a los pueblos de Irak y Afganistán. Y ahora Obama extiende su guerra a Pakistán, Libia e Irán. La historia del imperialismo es una larga historia llena de sangre – desde Colón hasta hoy. Un continente entero de gente fue exterminado para dar paso al imperio del Tío Sam. La mitad de México fue robada. Millones de negros y africanos fueron esclavizados para crear el estilo de vida americano, para crear el Primer Mundo.

Los imperialistas declaran sus guerras a todo el mundo: Guatemala, El Salvador, Perú, Colombia, México, Angola, Etiopía, Somalia, Palestina, Líbano, Corea, China, Indonesia, Filipinas. 4 millones de personas asesinadas por el imperialismo durante la guerra de Vietnam. Esto sigue, sigue y sigue. ¿Cuándo va a terminar? La revolución es la única solución.

La ciencia revolucionaria

Los problemas parecen tan grandes. La injusticia tan imparable. El Primer Mundo y sus agentes harán todo lo posible para detener a los pueblos pobres. Lenin dijo que hayque ser tan radical como la realidad misma. Si queremos realmente producir un cambio, uno también tiene que ser tan radical como la realidad. Tenemos que romper realmente con el pensamiento simplista y mezquino. Tenemos que romper con el dogma. Tenemos que hacer grandes cambios dentro de nosotros mismos. Todo el mundo dice que tiene una mente abierta, pero tenemos que estar dispuestos a abrir nuestras mentes de verdad, para superar nuestros miedos. Tenemos que dejar atrás nuestra mezquindad. Tenemos que tomar esta lucha en serio. Tenemos que revolucionarnos nosotros mismos.

La ideología es un arma. La gente del Tercer Mundo y sus aliados luchan con cualquier arma que tienen. Si tienen un cuchillo, luchan con un cuchillo. O un ladrillo. O un fusil. El General de Mao, Lin Biao, dijo que la ciencia revolucionaria es la bomba atómica espiritual que va a salvar al mundo. Siempre que al pueblo se le ha ofrecido la ciencia, el pueblo la ha tomado en sus manos. Marx. Lenin. Mao. Ellos han cambiado el mundo. Una ola roja se ha desatado en todo el mundo. Debemos estar dispuestos a estudiar la cuestión de la revolución. Debemos entender lo que las revoluciones del pasado han hecho bien y lo que han hecho mal. Debemos rechazar las mentiras que las instituciones dominantes nos han enseñado, diciéndonos que  socialismo y comunismo son palabras sucias. No debemos tener miedo de ser Luces Guiadoras, de dirigir, de ser la vanguardia. La historia ha colocado este rol sobre nuestros hombros. Estamos condenados a dirigir. Esta es nuestra responsabilidad.

El Nuevo Poder de La Luz Guiadora

Nuestra revolución vendrá de los lugares más oscuros – donde la revolución no es simplemente una opción entre otras muchas, sino de donde es la única opción, pues estamos en una situación de vida o muerte. De los lugares pobres, de los lugares indígenas, de las montañas y las selvas y los barrios marginales de Asia, África y América Latina.

Che Guevara llamó una vez a los Estados Unidos “las entrañas de la bestia”. El primer mundo, incluyendo los Estados Unidos, es una bestia que devora a los pueblos oprimidos. Los pueblos del Primer Mundo en su conjunto son bestias. Ellos viven a expensas del sufrimiento de otros. El consumo del Primer Mundo está matando al planeta, nuestro único hogar. Aun así, hay algunas personas que son anomalías en el Primer Mundo, que se unirán a la lucha global por el comunismo. Algunos saldrán del “matrix” del consumismo, del “matrix” del estilo de vida americano. Algunas personas anómalas en el Primer Mundo van a tomar la pastilla roja. Estas personas anómalas en el Primer Mundo, que tienen privilegios, también tienen el deber de luchar por un mundo mejor junto a las masas del Tercer Mundo. Todos, pero sobre todo los pueblos del Primer Mundo, tienen que renunciar al sueño consumista, al estilo de vida individualista que es la razón por lo cual la mitad de la humanidad muere de hambre y sigue empujando al mundo hacia un colapso ecológico. Todos, más que nadie los pueblos del Primer Mundo, deben echar una mirada seria a la forma en que viven. La gente del Primer Mundo tiene derecho a menos, no a más. La humanidad va a imponer el socialismo y el comunismo en el Primer Mundo, así las poblaciones del Primer Mundo lo deseen o no. La guerra popular mundial está por venir. El primer mundo dejará de existir como lo ha hecho. Habrá un ajuste de cuentas. Un Nuevo Poder de la Luz Guiadora se elevará.

Marchar por el camino del comunismo

¡Un nuevo mundo! ¡Un Nuevo Poder! El fin de toda opresión. No más explotación. No más ricos. No más pobres. No más opresión nacional. No más opresión de género. La liberación de los pobres, las mujeres, los jóvenes. No más egoísmo, ni consumismo individualista, ya basta con el “yo, yo, yo”. La liberación total.

Igualdad. Colectivismo. Altruismo. Una sociedad organizada para satisfacer las necesidades humanas y para la sostenibilidad, no la codicia, ni los fines de lucro. “De cada cual según su capacidad, a cada cual según su necesidad.” Mao dijo, “Servir al pueblo.”  Una nueva forma de relacionarnos unos con otros y con la tierra, nuestro único hogar. Paz. Justicia. Comunismo. Sólo la Luz Guiadora de la ciencia revolucionaria puede unir a este mundo verdaderamente. Una tormenta se acerca, una tormenta como ninguna otra. La tercera ola de la revolución. Un nuevo avance para la humanidad. Tenemos que llevar la luz a un mundo envuelto en la oscuridad.

No podemos decidir dónde nacemos. Blanco. Negro. Con ojos azules. Con ojos marrones. Del Primer Mundo. Del Tercer Mundo. Pero sí podemos decidir adónde vamos. Tenemos que ser parte de la solución, no parte del problema. Tenemos que crear una verdadera revolución.

Mucha gente ha hecho la revolución antes que nosotros. Y muchos van a hacer la revolución después de nosotros. Pero estamos, ahora, juntos en esta larga marcha. La marcha está llena de giros y vueltas. Llena de errores y retrocesos. Nuestra lucha es una lucha prolongada. No vamos a ganar de un día para otro. Pero no hay un viaje más grande. Vamos a marchar juntos por este camino. Marcha por este camino con nosotros, porque la revolución es la única solución.