Marxismo real y falso sobre el reparto socialista

shapes-and-patterns-in-red-ruth-palmer-225x300Marxismo real y falso sobre el reparto socialista

por la compañera «Prairie Fire»

(espanol.llco.org)

Un reparto socialista de la riqueza del mundo a escala mundial implica un reparto que se acerque al igualitarismo o cuyas únicas desigualdades benefiquen al proletariado y a los grupos los más oprimidos de la población mundial. Conjuntamente, estos principios de reparto se pueden describir como aproximadamente y razonablemente igualitarios con respecto a la economía mundial actual. (1) La pregunta que cada marxista serioso debe plantearse es si los norteamericanos, y los pueblos del Primer Mundo en general, se beneficiarían o irían perdiendo bajo un reparto socialista de los ingresos mundiales. Si los ingresos de la clase obrera primermundista, como los de la burguesía imperialista, están tan inflados que necesitan una reducción bajo un reparto socialista, entonces la clase obrera primermundista no es explotada de ninguna manera significativa. Además, si la clase obrera primermundista, como los capitalistas de los países imperialistas, no se beneficiaría bajo tal reparto, no hay de que considerarla como revolucionaria, como parte del proletariado.

2005-poverty-levels-barLa mayoría de la población mundial vive con menos de 2,50$ (USD) por día. Más de 80 porciento de la humanidad, o más de 5000 millones de personas, vive con menos de 10$ (USD) por día. La gran mayoría en el Tercer Mundo tiene un estándar de vida muy diferente de el de la clase obrera del Primer Mundo. Por ejemplo, el norteamerikano mediano tiene un empleo de oficina. Sus ingresos son 32.000$ (USD) por año, o 87$ (USD) por día. (3) Ya sólo en India hay más personas que ganan menos de 0,80$ (USD) por día que toda la población dentro de las fronteras de los e$tragos unidos. (4) Frecuentemente la clase obrera del Primer Mundo tiene acceso a más capital que los capitalistas del Tercer Mundo, lo que explica cómo los obreros del Primer Mundo pueden pedir préstamos que sobrepasen los ingresos de la vida entera de muchos obreros del Tercer Mundo. Es que la capacidad de cargarse de grandes deudas en el Primer Mundo es una señal de riqueza, de acceso al capital, y no una señal de la pauperización, como lo son las deudas en el Tercer Mundo. También el norteamerikano típico vive en una casa suburbana, no en los guetos indigentes de las megaciudades o en regiones rurales empobrecidas, donde vive mucha gente del Tercer Mundo. (5) Desde el punto de vista de la cultura y lo material, la clase obrera del Primer Mundo tiene mucho más en común con su propia burguesía que con el trabajador mediano del Tercer Mundo arreglándoselas con sueldos de hambre. Son los del Tercer Mundo, no del Primer, que Marx describió como el proletariado, la clase que no tiene que su propio trabajo para vender, que gana apenas bastante para comer y trabajar mañana, que no posee nada, que no tiene nada que perder salvo sus cadenas.

consumption-inequality-2005-barTodos en el Primer Mundo caen dentro del 20 porciento más rico del mundo en función de ingresos. La mayoría de este 20 porciento más rico viene del Primer Mundo. Por ejemplo, cada norteamerikano cae dentro del 15 porciento más rico. Un norteamerikano al umbral e$tadounidense de la «pobreza» cae dentro del 13 porciento más rico del mundo. (6) El 20 porciento más rico, que incluye el Primer Mundo entero, recibe los tres cuartos de los ingresos mundiales. Entonces hay solamente un cuarto para distribuir al 80 porciento más pobre, que existe principalmente en el Tercer Mundo. (7) Los niveles actuales de ingresos para la gente del Primer Mundo se mantienen solamente por la explotación del Tercer Mundo. La economía mundial dirige los valores del Tercer Mundo al Primer Mundo, y todo el Primer Mundo se beneficia. Sólo al mantener estos flujos de valores es posible mantener o aumentar los niveles de ingresos en el Primer Mundo. Así será la realidad, no importa que un régimen del Primer Mundo se diga socialista o no. En efecto, varios régimenes, sobretudo en Europa, se han dicho socialistas o socialdemócratas. Ningún de estos régimenes no ha sacrificado el nivel de ingresos de su población para corregir la explotación del Tercer Mundo por los imperialistas.

consumption-inequality-2005-pieEl 20 porciento más rico del mundo, principalmente en el Primer Mundo, es responsable de los tres cuartos del consumo particular mundial. Casi todos los trabajadores adultos norteamerikanos caen dentro del 10 porciento más rico. (8) El 10 porciento más rico hace más de la mitad — 59 porciento — del consumo particular mundial. (9)

La parte de los ingresos mundiales que reciben las poblaciones del Primer Mundo ya es mucho mayor que lo que recibirían bajo un reparto aproximadamente igualitario. Dada la brecha grandísima entre los países ricos y los países pobres, no hay manera realista de aumentar la parte de la clase obrera del Primer Mundo sin reducir la parte de los pueblos del Tercer Mundo. Aún si, milagrosamente, la riqueza mundial doblara y los ingresos y el consumo del Primer Mundo quedaron constantes, el 20 porciento más rico recibiría todavía una parte desmesurada: casi el 40 porciento de los ingresos y del consumo particular. Es decir que no es posible nivelar la situación entre el 20 porciento más rico y el resto de la humanidad, incluso si la producción social doblara y el 80 porciento más pobre recibiera todo el excedente. Para corregir el desequilibrio, necesitaríamos el triple de la producción — tres planetas, bajo el sistema actual.

Los revisionistas del Primer Mundo, como los otros imperialistas en general, arguyen que los pueblos del Primer Mundo merecen una parte de los recursos mundiales mayor que la que ya reciben. Aunque el supremacismo blanco manifiesto se considera burdo, las mismas suposiciones del supremacismo blanco subyacen a todos los tipos de primermundismo. Los primermundistas suponen, de manera religiosa, que los norteamerikanos, y los pueblos del Primer Mundo en general, deberían recibir más y que los pueblos del Tercer Mundo deberían recibir menos, ya que los que mantienen el primero deben creer el segundo también. Para aumentar considerablemente el reparto en una parte del nexo causal de la economía mundial necesita una reducción del reparto en otra parte. Sencillamente, no es posible mantener o aumentar considerablemente el estándar de vida para 300 millones de personas en los Estados Unidos sin imponer la pobreza en otra parte — en el Tercer Mundo. Asimismo es imposible aumentar considerablemente el estándar de vida de aproximadamente 5.000 millones de personas en el Tercer Mundo sin bajar los ingresos de los otros, los del Primer Mundo. La falta de reconocimiento de este hecho no es marxismo sino puro utopismo. No hay ningún remedio milagroso para aumentar los ingresos y el consumo del Tercer Mundo al nivel explotador del Primer Mundo. En efecto, aún probablemente no es ni deseable ni sostenible del punto de vista ecológico. Los verdaderos socialistas luchan para un estándar de vida razonable para todos, lo que es necesario para eliminar toda opresión. Los socialistas no propugnan un mundo de fantasía donde todos viven como los más ricos viven hoy día. No propugnan tampoco que se mantenga — cuanto menos que se aumente — el nivel actual explotador de ingresos y consumo del Primer Mundo. Después de todo, la capacidad productiva y los recursos del planeta son limitados. El primermundismo y la teoría de las fuerzas productivas lo negan. Los primermundistas deben o rechazar la idea que el socialismo implica un reparto aproximadamente igualitario entre los pueblos o dejar sus pretensiones de ser socialistas. En todo caso, la vision primermundista de la sociedad implica mantener y aumentar las desigualdades actuales en el mundo. No importa que se llame socialista o no, el primermundismo propugna la desigualdad entre pueblos e imperialismo.

Fue Lenin que criticó los socialdemócratas alemanes y franceses cuando apoyaron la campaña militar de sus patrias imperialistas durante la prima Guerra Mundial. Así los revisionistas valoraron sus propios pueblos, sus propias clases obreras, por encima del proletariado mundial. Por contraste, Lenin recomendaba la política de derrotismo revolucionario. Lenin buscaba la derrota del imperio zarista con la esperanza que la derrota de su patria imperialista conduzca a una situación revolucionaria. Al contrario de Lenin, los revisionistas de la Segunda Internacional eran los socialimperialistas y socialfascistas de su día. Eran socialistas de nombre pero imperialistas en realidad. Hoy día, el primermundismo es el tipo principal de socialimperialismo y socialfascismo. Los primermundistas utilizan talvez la retórica marxista y socialista, pero en realidad intentan avanzar los intereses de sus propias poblaciones a expensas de la gran mayoría de la humanidad. Como Lenin en el pasado, el comunismo de las Luces Guiadoras representa los intereses del proletariado y de los oprimidos de manera global. Como Lenin rumpió con el pensamiento estrecho, dogmático y poco imaginativo de su día, lo hace igualmente cada verdadero científico revolucionario, lo hace igualmente el comunismo de las Luces Guiadoras. No es de extrañarse que el comunismo de las Luces Guiadoras queda condenado por todos los imperialistas y socialimperialistas.

En su libro «¡Viva el triunfo de la guerra popular!», Lin Biao dijo que la fuerza motriz dando forma a nuestro mundo es la confrontación de la ciudad mundial por el campo mundial. Así consideró la revolución mundial como una guerra popular mundial en cual las fuerzas revolucionarias del campo mundial rodean, aislan y aplastan la ciudad mundial. De esta manera, Lin Biao amplió y universalizó la teoría maoísta de la guerra popular. Ahora las características de la ciudad mundial y del campo mundial están cambiando. Por ejemplo, en el campo mundial ha habido grandes cambios demográficos. La gente de los países pobres ya no es tan rural como era. Un número cada vez mayor queden atrapados y pasan vidas crueles y poco productivas en las megaciudades del Tercer Mundo. Además, el campo mundial se hace el sitio de la producción capitalista, no sólo de la producción agraria retrógrada y feudal. Conjuntamente, la ciudad mundial produce cada vez menos. En efecto, se puede decir que las economías del Primer Mundo son «economías estilo centro comercial» donde la gente trabaja en las esferas de distribución, servicios y gestión y recibe ingresos de explotadores. La idea que el Tercer Mundo quede atrás del Primer Mundo porque no tiene tecnología dentro de sus fronteras es generalmente un rumor falso primermundista. Cierto, el Tercer Mundo está subdesarrollado; está configurado para dirigir los flujos de valor hacia el Primer Mundo. Sin embargo, esto no significa que los países del Tercer Mundo no tienen tecnología dentro de sus fronteras. Teorizar estos cambios en el contexto de la guerra popular mundial es uno de los grandes avances del comunismo de las Luces Guiadoras como la ciencia revolucionaria contemporánea.

Notas:

1. Aún este principio de reparto, inspirado por el «segundo principio de la justicia» de John Rawls en su libro «A Theory of Justice», sería mucho más igualitario que el reparto mundial actual o cualquiera cosa que recomendarían los primermundistas.

2. http://www.globalissues.org/article/26/poverty-facts-and-stats

3.The Average Joe Amerikan, Monkey Smashes Heaven, July 2009 http://monkeysmashesheaven.wordpress.com/2009/07/24/the-average-joe-amerikan/

4. Amerikkkans rich, Indians poor, so-called “ICM” deaf and dumb, Monkey Smashes Heaven, August 2007 http://monkeysmashesheaven.wordpress.com….-deaf-and-dumb/

5.The Average Joe Amerikan, Monkey Smashes Heaven, July 2009 http://monkeysmashesheaven.wordpress.com/2009/07/24/the-average-joe-amerikan/

6. http://globalrichlist.com

7. http://www.globalissues.org/article/26/poverty-facts-and-stats

8. http://globalrichlist.com

9. http://www.globalissues.org/article/26/poverty-facts-and-stats