Carta de un lector: ¿Acaso viven todos los norteamericanos como Bill Gates?

suburbia-01-obs-300x200Carta de un lector: ¿Acaso viven todos los norteamericanos como Bill Gates?

(espanol.llco.org)

Hemos recibido la siguiente carta:

”No estoy de acuerdo con las posiciones de las Luces Guiadoras. En tiempos de Marx, el subcontinente indio era una colonia del imperialismo británico. Muchos países asiáticos, a la par que otros países africanos y latinoamericanos eran colonias de países europeos imperialistas. Pero también había explotación en Gran Bretaña, Francia, Holanda y otras potencias mundiales.

Marx condenó esta explotación imperialista al mismo tiempo que la explotación de los trabajadores dentro de esos países europeos y acuñó el eslogan “¡Trabajadores del mundo, uníos!”

En época de Lenin, la diferencia entre el Primer y el Tercer Mundo también existía. Rusia era un país atrasado en tanto que Alemania, Gran Bretaña, los Estados Unidos, etc. eran países capitalistas avanzados. Pero Lenin siempre enfatizó el papel de la unidad internacional de la clase obrera.

Lenin y Trotsky construyeron la III Internacional, también llamada Internacional Comunista o Comintern. En ella eran bien recibidos camaradas de todo el mundo.

Si condenamos a los trabajadores de los países avanzados o los consideramos iguales a los capitalistas e imperialistas, cometemos entonces un grave error teórico.

Hay una gran división de clases incluso en los países avanzados de Occidente. Hay millonarios y hay gente que vive en la pobreza. Muchos viven en condiciones económicas difíciles.

Es cierto que estas condiciones son mucho mejores que en los países atrasados, pero cómo se puede decir que no hay división de clases en Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña.

¿Vive todo el mundo en los Estados Unidos como Bill Gates, Warren Buffet, Ophra Winfrey, etc.? No.”

espanol.llco.org responde:

Gracias por plantear este tema tan importante. Los verdaderos científicos revolucionarios, los comunistas de las Luces Guiadoras, no temen el debate. La verdadera ciencia revolucionaria, el comunismo de las Luces Guiadoras, es un arma todopoderosa capaz de resolver los problemas que enfrenta la humanidad y el planeta en el momento actual. Le agradecemos el coraje que ha demostrado iniciando una discusión sobre los progresos de la nueva ciencia. Los dogmas deben ser superados si realmente queremos vencer. Los explotadores, sus intelectuales y sus agencias de inteligencia han perfeccionado la ciencia de la opresión. Para derrotar a los opresores debemos perfeccionar la ciencia de la revolución. Es absolutamente necesario que extendamos la conciencia de las Luces Guiadoras entre las masas.

Es necesario tratar ciertos puntos.

1.Es cierto que Marx fue testigo del nacimiento de las primeras fases del capitalismo. Marx glosó los crímenes del imperialismo en todo el mundo, en lugares tan diversos como Irlanda y la India. Marx también acuñó el eslogan “Trabajadores del mundo, uníos” en el Manifiesto Comunista. A pesar de ello, el hecho de que Marx acuñase un cierto eslogan no lo convierte en verdadero. De igual modo, que Lenin y Mao afirmasen algo no hace que eso sea verdadero. Marx, Lenin y Mao no eran infalibles. El marxismo no es una religión. El verdadero marxismo no se reduce simplemente a lo que Marx dijo. El verdadero marxismo, el comunismo de las Luces Guiadoras, es la forma más avanzada de la ciencia revolucionaria. El verdadero marxismo consiste en aplicar la ciencia más avanzada al problema de cómo acabar con toda forma de opresión. Los verdaderos marxistas no invocan a Marx del mismo modo en que los cristianos invocan la Biblia. Que Marx llamase a todos los asalariados a unirse hace un siglo y medio no hace de ese eslogan una verdad eterna. El que algo haya sido verdadero entonces no es prueba de que sea verdadero ahora. Es importante que nos centremos en la ciencia, no en la metafísica.

Marx proclamó ese eslogan hace un siglo y medio cuando el mundo era muy diferente. Marx estudió las tendencias de Europa occidental en esa época, especialmente en la Inglaterra industrializada. Fue testigo de cómo el proceso de industrialización hacía emerger dos grandes clases: la clase capitalista y la clase de los asalariados. Marx identificó a esta última clase como el proletariado de su tiempo. En el Manifiesto, Marx pronosticó que ese patrón se repetiría a escala global. Sin embargo, como se echa de ver fácilmente, el mundo se ha desarrollado de un modo más complejo. En sus trabajos más científicos, como el volumen tercero de El Capital, Marx empezó a notar que no todos los trabajadores tenían la misma relación con los medios de producción. Incluso en el volumen primero de El Capital, Marx menciona como “las revulsiones industriales afectan incluso a los mejor pagados, a la aristocracia de la clase obrera.” Además, Engels, hacia el final de su vida, observó que el imperialismo tenía un profundo impacto en la estructura de clases de lo que, pasado el tiempo, se llamaría Primer Mundo. Por ejemplo, Lenin cita a Engels en una fecha tan temprana como 1858:

”El proletariado inglés se está volviendo cada vez más burgués, de modo que esta nación, la más burguesa de todas, aspira aparentemente a poseer una aristocracia burguesa y un proletariado burgués, además de la propia burguesía. Para una nación que explota el mundo entero, esto, hasta cierto punto, se comprende.”

Discutiendo con el revisionista social imperialista Kautsky, Engels afirmaba:

”Me preguntas qué piensan los trabajadores ingleses de la política colonial. Bien, exactamente lo mismo que piensan de la política en general. No hay partido de los trabajadores aquí. Solo hay conservadores y radicales liberales, y los trabajadores toman parte felizmente en la fiesta del monopolio inglés de las colonias y del mercado mundial.”

Lenin también advirtió los cambios en la estructura de clases que resultaba del imperialismo:

”El imperialismo tiene la tendencia a crear secciones privilegiadas también entre los trabajadores, y a separarlos de las amplias masas del proletariado.” (1)

El gran general chino Lin Piao señaló importantes transformaciones en el sistema global desde la Segunda Guerra Mundial:

”Tomando en consideración el planeta entero, si a Norteamérica y Europa occidental se les puede denominar como “las ciudades del mundo”, entonces África, Asia y Latinoamérica constituyen las “zonas rurales del mundo”. Desde la Segunda Guerra Mundial, el movimiento proletario revolucionario se ha frenado por diversas razones en los países capitalistas de Norteamérica y Europa occidental. En Asia, África y Latinoamérica no ha dejado de crecer vigorosamente. En cierto sentido, la revolución mundial contemporánea presenta una imagen en que las ciudades del mundo son cercadas por las zonas rurales del mundo. En un análisis final, la causa de la revolución mundial en su integridad depende de las luchas revolucionarias de los pueblos de Asia, África y América Latina, que sumados componen la abrumadora mayoría de la humanidad.” (2)

Los grandes marxistas del pasado afirmaron muchas cosas. Algunas veces percibieron la tendencia del imperialismo a convertir a algunos trabajadores en un nuevo tipo de burguesía. Otras veces, realizaron afirmaciones contradictorias con esto. Otros escritores también han observado el efecto del imperialismo en la estructura de clases del Primer Mundo. Con todo, los camaradas de las Luces Guiadoras han sido los primeros en comprender totalmente y sintetizar el análisis de clase global científicamente. No hace falta elaborar una lista con todas las citas en un sentido o en otro. La realidad es lo que importa, no lo que Marx, Engels, Lenin o Mao pudieron haber dicho sobre esto y lo otro. Es importante darse cuenta de que en la época de Marx, de Engels y de Lenin todavía no se habían formado completamente el Primer y Tercer Mundo. Las discordantes afirmaciones en sus obras reflejan la naturaleza transitoria del período en que escribieron. Hoy en día, existen países imperialistas en el Primer Mundo, como los Estados Unidos, que carecen de un proletariado significativo. También existen países imperialistas, semiimperialistas e imperialistas emergentes que conservan un proletariado significativo, como la Rusia de 1917. Proclamar el eslogan “Proletarios del mundo, uníos” pudo haber sido correcto en tiempos de Marx, Engels y Lenin, incluso en aquellos países que eran imperialistas. Sin embargo, este no es el caso en el Primer Mundo actual.

2. Cuando Marx describió al proletariado como el agente revolucionario moderno de su día, estaba describiendo al trabajador industrial emergente en Europa. Marx describió al proletariado como la clase que solo ganaba lo suficiente para reproducir su propio trabajo de día en día. Marx describió una clase a la que solo se le pagaba lo suficiente para sobrevivir, no lo bastante para acumular. Marx describió un proletariado que no tenía otra fuente de ingresos. Marx describió una clase de productores. Marx describió una clase explotada. Marx describió una clase revolucionaria. Incluso si aceptamos la descripción de Marx de la moderna base social revolucionaria, el proletariado, como si fuese las sagradas escrituras, la caracterización que Marx hizo del proletariado no se ajustaría a la realidad de la mayor parte de los trabajadores de los Estados Unidos y de otros países del Primer Mundo de hoy. En primer lugar, la mayor parte de los trabajadores de los Estados Unidos no producen nada. La mayor parte se emplean en la administración, los servicios y la distribución. La producción industrial ha venido declinando durante un largo período de tiempo en los Estados Unidos. El valor que sustenta la economía de los Estados Unidos se crea mayormente fuera de los Estados Unidos. Del mismo modo que existe una burguesía parasitaria, también la “clase trabajadora” en el Primer Mundo es burguesa y parasitaria, ya que recibe sus ingresos de la explotación del Tercer Mundo. En segundo lugar, la burguesía trabajadora del Primer Mundo recibe a menudo ingresos y riqueza de fuentes distintas de su propio trabajo. Muchos ganan intereses sobre sus depósitos bancarios, reciben beneficios sociales, con frecuencia poseen acciones a través de planes de jubilación, poseen pequeños negocios, etc. No son como el sencillo trabajador que Marx describía. En tercer lugar, no trabajan en la miseria absoluta, como Marx observó en aquel tiempo; por el contrario, suelen trabajar en ambientes relativamente confortables. Tienen vacaciones. Su experiencia y su estilo de vida son más cercanos al de sus jefes que a los de la persona típica del Tercer Mundo. En cuarto lugar, tienen mucho más que perder que solo sus cadenas. En quinto lugar, toda la historia confirma que la burguesía trabajadora del Primer Mundo se pone del lado de sus amos antes que del lado del proletariado del Tercer Mundo. No son en ningún modo un estrato revolucionario.

3. Preguntas si todo el mundo en los Estados Unidos vive como Bill Gates. ¿Vivirá el hombre que gana mil millones de dólares (83.272.800 BIT) igual que el que gana 1 millón de dólares? ¿Vive igual el hombre que gana 1 millón de dólares que el que gana 60.000 dólares al año (4.910.000 BIT)? Por supuesto que no. Hay una gran estratificación entre los explotadores (y explotados) en todas partes. Esto también ocurre en el Primer Mundo. Un milmillonario recibe una mayor parte de plusvalía (de valor) que uno que gana 100.000 dólares (8.327,820 BDT) al año. Sin embargo, esto no quiere decir que el hombre que gana 100.000 dólares al año sea un explotado. El trabajador medio en los Estados Unidos tampoco es un explotado:

”El norteamericano típico (“Joe American”), que tiene 25 años o más, goza de unos ingresos de 32.000 dólares al año (2.665.000 BDT). En contraste, la mayor parte de la gente en el mundo apenas sobrevive con menos de 1.000 dólares (83.000 BDT) al año. Por ejemplo, hay más gente en la India que gana menos de un dólar al día que los residentes todos de los Estados Unidos. Con estos elevados ingresos, el norteamericano típico puede acceder a lujos y a un estilo de vida que está muy lejos del alcance de la mayor parte de la gente en el Tercer Mundo. “Joe” gana mucho más de lo que vale su trabajo. Con sus ingresos, “Joe” tiene acceso a más capital que muchos capitalistas en el Tercer Mundo. “Joe” gana mucho más de lo que percibiría con una distribución igualitaria del producto social a escala planetaria. En otras palabras, un sistema socialista significaría un gran recorte de ingresos para “Joe”. Perdería gran parte de sus ingresos con una distribución socialista global del ingreso. Y él lo sabe: por eso “Joe” se pone del lado de su propia burguesía contra el Tercer Mundo una y otra vez.

Según reza el mito, “Joe” es un trabajador de mono azul. La realidad es bien diferente. El típico norteamericano tiene un trabajo de cuello blanco en una oficina. Esos empleos nos son los trabajos agotadores y peligrosos para la salud y la vida que muchos en el Tercer Mundo tienen que sufrir. En comparación, el empleo de “Joe” tiene una paga increíblemente elevada, es confortable y las horas son cortas y los descansos largos. La cultura asociada a este tipo de trabajo tiene menos en común con la cultura de la burguesía. Tampoco “Joe” se identifica con la cultura del proletariado del Tercer Mundo, esos que, según Marx “no tienen nada que perder excepto sus cadenas”. Es más corriente que “Joe” se identifique con la burguesía imperial. (3)

No pretendemos simplificar. Aunque los trabajadores más pobres dentro de las fronteras de los Estados Unidos se encuentran entre el 15% más rico globalmente, existen bolsas de pobreza auténtica en el Primer Mundo, especialmente entre los sintecho, los inmigrantes, drogadictos, etc. Sin embargo, estas bolsas de pobreza y explotación tienden a ser inestables, dispersas y pequeñas. No aportan una base social significativa capaz de hacer la revolución en el Primer Mundo. Estas bolsas de pobreza están rodeadas de enemigos de clase. Además, debido a la movilidad de clase en el Primer Mundo, incluso los más empobrecidos tienden a alinearse con el sistema antes que contra él. Pedirle a la gente que haga la revolución significa pedirle que se sacrifique. Es pedirle que se arriesgue a perder su hogar, su familia y su vida. Incluso los más pobres de Estados Unidos tienen demasiado que ganar al alinearse con el capitalismo imperialista. La revolución es la esperanza de los desesperados. Incluso entre los más pobres del Primer Mundo hay demasiada esperanza.

No se crea más que una determinada cantidad de valor en el mundo. La inmensa mayoría de la gente en el Primer Mundo gana más que el valor que produce. En otras palabras, directa o indirectamente, se apropian del valor creado por otros. Son explotadores. La inmensa mayoría de la población del Primer Mundo saldría perdiendo con una distribución igualitaria del producto social global, con un sistema socialista sustentable. Esto se puede aplicar tanto a la burguesía tradicional como a la burguesía trabajadora del Primer Mundo. Organizar la burguesía trabajadora del Primer Mundo alrededor de sus intereses económicos inmediatos y a medio plazo, organizarla alrededor de sus intereses de clase, es organizarla para asegurarse una mayor parte de la tarta global. Sin embargo, tanto la burguesía tradicional como la burguesía trabajadora del Primer Mundo ya reciben más que su justa parte gracias al imperialismo. Mostar la zanahoria de una mayor riqueza a los pueblos del Primer Mundo es hacer activismo en favor de una intensificación del imperialismo. El Tercer Mundo paga la factura. Además, la inmensa mayoría de la población del Primer Mundo tiene estilos de vida que nos son sustentables. El modo de vida burgués que la mayor parte de la burguesía del Primer Mundo disfruta no se puede mantener eternamente. Es simple, el planeta no soportará un estilo de vida parasitario eternamente. La inmensa mayoría de la población del Primer Mundo debería ver reducidos sus ingresos y su riqueza en el socialismo. La burguesía global, incluyendo a la mayor parte de la gente en el Primer Mundo, no tiene, como clase, ningún interés en el socialismo.

Hablando en general, organizar a la gente del Primer Mundo alrededor de reivindicaciones económicas es una característica del fascismo y del social-fascismo, no del socialismo genuino. Tanto el fascismo tradicional como el social-fascismo son una alianza de fuerzas en que la pequeña burguesía presiona a la gran burguesía con el objeto de asegurarse un mejor tratamiento para sí. La gran burguesía se presta a este tipo de compromiso con la pequeña burguesía a cambio de estabilidad social en el Primer Mundo y para lanzar sus ataques contra el proletariado global del Tercer Mundo. Ya que la principal fuente de ingresos de la gran burguesía es la explotación imperialista, aumentar la parte de la pequeña burguesía en el Primer Mundo significa normalmente un aumento de la explotación del Tercer Mundo. El fascismo en el Primer Mundo puede asumir dos formas. Puede presentarse en la variante tradicional, conservadora, derechista. Puede revestir una forma social-demócrata, liberal, socialista, comunista, izquierdista. A menudo, esta última forma “enarbola la bandera roja para oponerse a la bandera roja”. Esta última forma se llama social-imperialismo o social-fascismo. Actualmente, hay un resurgir del fascismo y del social-fascismo en el Primer Mundo a causa de la crisis económica. Las protestas del movimiento Occupy en los Estados Unidos tienen por finalidad proteger el nivel de vida imperial, no el socialismo o el comunismo. No pretenden una devolución de la riqueza robada por los Estados Unidos a los pueblos indígenas de Norteamérica y a los pueblos del Tercer Mundo. Las protestas del movimiento Occupy tienen por finalidad proteger el nivel de vida imperialista de la pequeña burguesía de los Estados Unidos. El movimiento Occupy es diverso y contradictorio, pero su dirección general es socialdemócrata y social-imperialista. Este fenómeno se repite una y otra vez en el Primer Mundo. Casi todos los partidos revisionistas, todos los partidos primermundistas son social-fascistas en algunos aspectos. En contraste, los comunistas de las Luces Guiadoras defienden una igualdad verdadera y sustentable. Para que la verdadera igualdad y sostenibilidad puedan existir, para que el verdadero socialismo, el comunismo de las Luces Guiadoras pueda existir, es preciso que el modo de vida del Primer Mundo y el Primer Mundo dejen de existir tal y como son ahora. Los comunistas de las Luces Guiadoras organizan a los pueblos del Primer Mundo no en favor de sus intereses de clase, sino en contra de sus intereses de clase, para levantarse en defensa de los explotados y oprimidos. Las Luces Guiadoras organizan al pueblo para luchar por la verdadera igualdad y sostenibilidad, no por más privilegios y consumo para el Primer Mundo. Las Luces Guiadoras en el Primer Mundo defienden una vida más sana, que se base en la igualdad y sostenibilidad global. La mayoría rechazará el mensaje comunista ya que la mayor parte de la población del Primer Mundo está constituida por enemigos de clase en el momento presente.

4. La Tercera Internacional o “Comintern” dio la bienvenida a los camaradas de todos los países. Esta es la línea correcta. Debemos poner la política al mando, no la identidad. Hay verdaderos comunistas en el Primer Mundo, así como hay verdaderos comunistas en el Tercer Mundo. Que el Primer Mundo en su conjunto sea burgués no significa que no existan verdaderos comunistas allí. Engels fue una Luz Guiadora en su tempo. Provenía de un entorno burgués. Tampoco Marx era un proletario típico. Provenía de un entorno intelectual. Lenin era abogado de profesión. Mao era un campesino privilegiado que pudo educarse en las escuelas de la ciudad. El Che Guevara se formó como médico. Muchos de los grandes revolucionarios tuvieron acceso a una educación burguesa o tuvieron acceso al mundo de la ciencia. Ellos también tenían un pie en el mundo de las masas. Fueron puentes, conductos. Las ideas más avanzadas de la ciencia pasaron a las masas por medio de ellos. Supieron forjar armas ideológicas para que las masas las blandieran. Hay muchos revisionistas primermundistas en el Tercer Mundo y también los hay en el Primer Mundo. El criterio para distinguir a un comunista verdadero es si defiende la ciencia revolucionaria más avanzada, el comunismo de las Luces Guiadoras. El comunismo de las Luces Guiadoras es lo que hace falta para ser un verdadero comunista hoy en día. La política al mando. El comunismo de las Luces Guiadoras al mando.

5. No hay ninguna razón científica que respalde la idea de que la burguesía trabajadora del Primer Mundo pertenece a la misma clase que los trabajadores del Tercer Mundo en ningún sentido. No hay ninguna evidencia convincente que avale la posibilidad de una alineación revolucionaria entre estos grupos; no hay evidencia de que ellos compartan algún interés material. Hay pocas muestras, de cualquier tipo, de genuina solidaridad en la historia. Una y otra vez, la burguesía trabajadora del Primer Mundo se alía con la burguesía tradicional en favor del sistema capitalista imperialista. La burguesía trabajadora del Primer Mundo tiene mucho más en común con aquellos que están por encima de ella que con la mayor parte de la humanidad que vive en el Tercer Mundo. La ciencia verdadera no es dogmática. La ciencia trata de explicar y hacer predicciones sobre el mundo El primermundismo genera predicciones falsas una y otra vez sobre el potencial revolucionario del Primer Mundo. No es capaz de explicar el mundo real. El primermundismo es una fantasía. El comunísimo de las Luces Guiadoras, por el contrario, predice y explica cómo se agrupan realmente las personas en el momento presente y cómo podrían hacerlo en el futuro. La realidad es la base de la ciencia, no lo que Marx pudo haber dicho o no.

El mundo es muy diferente hoy a como era cuando Marx lo describió en el Manifiesto. No todos los asalariados son revolucionarios de hecho o potencialmente. Incluso los Directores Generales de las grandes compañías son asalariados. Reciben un salario, pero eso no los convierte en revolucionarios. Los policías son asalariados; sin embargo, son grandes defensores del sistema. Lo mismo puede decirse de los directivos de las empresas, aunque también son asalariados. Esta realidad no se le ha escapado a los revolucionarios de varias épocas. El argumento se puede aplicar a toda la población del Primer Mundo. La burguesía trabajadora del Primer Mundo tiene más en común, en cuanto a sus intereses materiales, cultura y estilo de vida, con aquellos que están por encima de ella que con los que están por debajo. Muchos miembros de la burguesía trabajadora del Primer Mundo tienen más acceso a capital que muchos capitalistas en el Tercer Mundo. Tienen acceso a capital en forma de préstamos, crédito, casas, tierra, automóviles, etc. El hecho de que ganen un salario no los convierte en revolucionarios. Algunos, no todos, ganan más que algunos capitalistas en el Tercer Mundo. Además, la propiedad en el mundo de hoy no es tan sencilla como en los tiempos de Marx. Los maoístas comenzaron un debate sobre el surgimiento de un nuevo tipo de burguesía en el seno del Partido Comunista. No se trataba de que Liu Shaoqi o Deng Xiaoping poseyesen literalmente fábricas. Sin embargo, Mao les llamaba la nueva burguesía. Antes, Lenin comenzó a discutir el papel de los bancos en el proceso de socialización de la propiedad en el interior de la burguesía. Hoy, esa socialización se ha democratizado en varios modos dentro del Primer Mundo. Muchos de los que trabajan en el Primer Mundo compran acciones en las corporaciones o son propietarios de ellas a través de los planes de pensiones. Reciben intereses por sus cuentas bancarias, procedentes de las inversiones de esos bancos, que explotan a los pobres del sur. Reciben beneficios sociales (socialdemócratas) y los beneficios procedentes de las aventuras imperialistas de sus estados. Muchos de los trabajadores del Primer Mundo son propietarios de pequeños negocios. El trabajador típico del Primer Mundo no es el proletario que Marx describió en su día. Ha habido una cierta socialización de la riqueza en el interior de la sociedad del Primer Mundo. Lo que hace posible la riqueza del Primer Mundo es el imperialismo, la explotación del Tercer Mundo. Esa es la razón de que nunca cuajen movimientos socialistas verdaderos y relevantes en el Primer Mundo. Esa es la razón de que no se hayan producido revoluciones verdaderas en la historia del Primer Mundo, aunque si hay una larga experiencia de movimientos fascistas y semifascistas triunfantes. Es por eso que hay una larga historia de la socialdemocracia, pero no de un socialismo verdadero en el Primer Mundo.

Los comunistas de verdad representan a los explotados, no a los explotadores. Representan a aquellos que tienen un interés material en el triunfo de socialismo, no a aquellos que tienen interés en el capitalismo imperialista. Los recursos naturales del mundo no son infinitos. Para que el Tercer Mundo alcance la igualdad con el Primer Mundo, este debe reducir su nivel de vida. Los comunistas de verdad no defienden la desigualdad, no defienden la preservación del Primer Mundo y la continuidad de la explotación. Los comunistas de verdad defienden la igualdad global y sostenibilidad, no la continuación de los privilegios del Primer Mundo y el consumo desbocado. No defendemos la continuidad del estilo de vida norteamericano, insostenible, primermundista y consumista. Defendemos un estilo de vida más sano, más sencillo, más divertido y colorido, más inteligente y más heroico. Las Luces Guiadoras se alzan para defender a los pobres del mundo, que se concentran abrumadoramente en el Tercer Mundo. Las Luces Guiadoras sirven al pueblo.

Afirmar que Marx lo dijo no es un argumento, especialmente porque las ideas de Marx no eran tan simples como se han presentado en tu carta. Si queremos hacer una revolución, debemos fijarnos en la realidad, no en los dogmas. Estamos elevando el listón científico.

El camino hacia adelante es claro. El comunismo de las Luces Guiadoras es el arma de la ciencia revolucionaria más avanzada. Armadas con el comunismo de las Luces Guiadoras, guiadas por las Luces Guiadoras, las masas barrerán el viejo mundo. ¡Abajo el Primer Mundo y sus agentes!¡Arriba los pobres del Tercer Mundo!¡Viva la Guerra Popular Global de las Luces Guiadoras! Venceremos.

Notas

1. http://www.prisoncensorship.info/archive/etext/mt/imp97/imp97b1.html
2. http://www.marxists.org/reference/archive/lin-biao/1965/09/peoples_war/index.htm
3. https://espanol.llco.org/the-average-joe-amerikkkan/

* Conversión de monedas al 28 de junio de 2012 http://wwp.greenwichmeantime.com/time-zone/asia/bangladesh/currency-bangladesh/index.htm

Organización Comunista de las Luces Guiadoras, 28 de junio del 2012