Nuestro día está por llegar por PF
(espanol.llco.org)
El mundo grita de dolor. Dos futuros, dos caminos están delante de nosotros: el comunismo o la barbarie, la Luz Guiadora o una noche sin fin. Hay una elección que tomar.
Debemos transformarnos nosotros mismos para la revolución. Acabar con la mezquindad, la codicia, el ego, la mente cerrada. Tenemos que pensar más allá de nosotros mismos. Una ofensa contra uno es una ofensa contra todos. Cuando uno sangra, todos sangramos. Debemos pensar como humanidad y más allá. Esto no sólo es una batalla por nuestro futuro, es una batalla por el futuro de nuestro planeta.
Nosotros, los guerreros del pueblo, también debemos actuar como guardianes de los animales, las plantas, las tierras, los mares, los cielos que nos sustentan. La guerra para liberar a los pobres del Tercer Mundo es también una guerra por el futuro de nuestro planeta. Es a través de esta lucha justa que nos convertimos en luces en un mundo de oscuridad, es a través de esta lucha justa que nos convertimos en lo que realmente somos. Es a través de esta lucha que forjaremos el futuro.
La unión hace la fuerza.
La cultura capitalista le enseña a cada persona que son el centro del universo, que son un castillo en sí mismos. Hay que derribar los muros que nos separan. Es sólo a través de la organización, la disciplina, la lealtad, el liderazgo que realmente podemos ganar.
Deber. Paciencia. Debemos ser humildes. Tenemos que encontrar nuestro papel. Aprender a conducir también es aprender a escuchar y seguir. Todos tropezamos alguna vez. Todo el mundo comete errores. Ser humano es a caer. Levántate cuando caigas. Aprender de los errores es la naturaleza de la ciencia. Para ir hacia adelante contra todos los obstáculos es ser grande.
Para crear hay que destruir. Debemos seguir nuestra causa hasta el final. Ser despiadado, decidido y audaz, hacer todo lo que se necesita para ganar. Para el viejo mundo, somos una tormenta de fuego, que quemara, aniquilara, y convertirá en polvo todo lo que está en contra de nosotros. Debemos ser la espada de la historia. Al mismo tiempo, debemos tener la grandeza de corazón, la humildad, la bondad. Una mano sostiene la espada, la otra debe extenderse hacia afuera para ayudar.
Tenemos que atrevernos a ir más allá de los horizontes.
Nuevas posibilidades. No vamos a ganar repitiendo el pasado. Las últimas olas de la revolución fueron derrotadas. No avanzaremos improvisando los fragmentos del pasado. Debemos entender el pasado, aprender del pasado, pero hay que ir más allá. La próxima ola de la revolución se hace tachando con valentía, dejando de lado el dogma, poniendo la ciencia revolucionaria más avanzada, la Luz Guiadora, en mando.
Declaramos la guerra total a las viejas maneras, el antiguo poder. Declaramos la guerra total al Primer Mundo. Exigimos nada menos que todo un mundo nuevo, un mundo sin pobreza, sin sufrimiento, sin crueldad, sin guerras, sin hambre, sin chovinismo, sin violación.
Exigimos un mundo de igualdad, un mundo de paz, un mundo de justicia. Felicidad. Alegría. Servir al pueblo. Imagínate la verdadera libertad en la cual podemos ser lo mejor de nosotros mismos. Un mundo mejor es posible, un mundo igualitario es posible, pero hay que luchar mucho y hasta el final.
La guerra popular global va en camino hacia la meta final, el comunismo Luz Guiadora. Para entregarse, a vivir y morir por la justicia, por la revolución, pues nuestro mundo debe ser grande. Para esto comprometemos todo, nuestros recursos, nuestros talentos, nuestras vidas. El futuro está ahí para tomar si nos atrevemos. Nunca rendirse.
Siga la Luz Guiadora. Sé la Luz Guiadora. Nuestro sol está saliendo. Nuestro día está por llegar.