El neomaltusianismo es la noción de que el mundo necesita ser despoblado drásticamente y que «los humanos son un tumor canceroso que consume los recursos del mundo». Sus defensores quieren hacer creer a los pobres que ellos mismos son responsables de su propia miseria, en lugar de los verdaderos culpables, la clase capitalista que se beneficia del saqueo imperialista y de la destrucción del medio ambiente. Ahora que el capitalismo está entrando en una nueva crisis, vuelven a saltar las alarmas por la «superpoblación», y el neomaltusianismo está resurgiendo, sobre todo en el discurso medioambiental, con el estímulo de la clase capitalista.